¿Puede triunfar Apple Music donde Ping fracasó?

¿Puede triunfar Apple Music donde Ping fracasó?
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En septiembre se cumplirán tres años desde el entierro de Ping, la malograda "red social para la música" de Apple. La compañía la anunció a bombo y platillo en 2010 como una de las novedades estrella de iTunes 10 pero pronto ocuparía todos los titulares por su incapacidad a la hora de lograr atraer a los usuarios.

Ahora, la manzana prepara el lanzamiento de un nuevo servicio de música en streaming con el que reemplazar su, también fallido, iTunes Radio, y al parecer, las funciones sociales volverán a cobrar protagonismo. La pregunta es, ¿habrán aprendido la lección o volverán a cometer los mismos errores que en el pasado?

Los siete pecados capitales de Ping fueron, sin un orden particular:

  1. iTunes-centrismo. Uno de los aspectos más desesperantes de Ping era que funcionaba bajo la premisa de que no había vida más allá del catálogo de la tienda iTunes. No importaba que tuvieses una librería con 100.000 discos en tu ordenador, si no estaba a la venta en iTunes, no podías compartir con el mundo que te gustaba.

  2. Ruptura con otras redes sociales. Dentro de la misma linea, aunque por motivos diferentes, Ping también fracasó estrepitosamente al darle la espalda a otras redes sociales como Facebook o Twitter. Sabemos que fue Facebook la que torció la mano de Apple y al final no lograron llegar a un acuerdo, pero el resultado fue el mismo. En el caso de Twitter, sí que se terminó integrando, pero tarde, cuando Ping era poco menos que un pueblo fantasma, y en cualquier caso con una utilidad más bien limitada.

  3. Hacer complicado lo sencillo. Cuando algo nos gusta queremos decirlo y punto, pulsar un botón y difundirlo, en ese momento, no luego. En Ping, para decir que una canción nos gustaba teníamos que buscarla en la iTunes Store. Daba igual que la hubiésemos comprado, que esta fuese la vez nº 100 que la reproducíamos o que tuviese unas contundentes cinco estrellas en nuestra valoración. Tu librería y lo que escuchabas estaba completamente desconectado de la acción "Me gusta".

Tendremos que esperar a la presentación oficial de Apple Music para comprobar si aporta o no algo de redención
  1. Poco social para querer ser una red social. Más allá de dejar comentarios en los perfiles de los artistas no había gran cosa que hacer en realidad. Ni tan siquiera teníamos un modo de escribir directamente en nuestro propio perfil, quedando este relegado a un breve listado de favoritos introducidos a mano y un histórico de actividad reciente. ¿Quieres hablar sobre la nueva banda que has escuchado, gritar a los cuatro vientos lo mucho que te gusta una canción en concreto o compartir automáticamente (o manualmente) lo que escuchas en este momento? Olvídalo. Y ya no hablemos de crear listas de reproducción públicas para que otros se guíen por tu gusto musical.
  2. Pasando de puntillas por el iPhone. Parece mentira, pero en el caso del iPhone y el iPad, y como otro ejemplo de ceguera absoluta, Apple decidió esconder Ping dentro de una pestaña de la app de iTunes, sí, esa que tanto usáis. Mientras, algún potencial usuario de la ahora difunta red social disfrutaba de sus canciones en la app Música ajeno a los tímidos esfuerzos de la manzana.
  3. Escaso atractivo visual y sonoro. En cinco años hemos dado pasos de gigante en términos de diseño cogidos de la mano del progresivo incremento de ancho de banda en las conexiones a Internet, pero incluso para los estándares de la época Ping era poco más que un erial. Las imágenes eran escasas y sin protagonismo, pero en el aspecto sonoro la cosa era particularmente deprimente. ¿Cómo pudo concebirse una red social sobre música que era muda?
  1. Y encima con Spam. 48 horas después de su lanzamiento iTunes Ping logró alcanzar su primer millón de usuarios, la única cifra oficial que jamás conocimos sobre la penetración del servicio. Ahora bien, si me preguntáis, diría que de ese millón, la mitad eran spammers que saturaban los perfiles de los artistas con anuncios de todo tipo. Y eso sin entrar en los perfiles falsos de artistas, que también había, centrados en el scam, la estafa más directa.

Conocidos los pecados, tendremos que esperar a la presentación oficial de Apple Music para comprobar si aporta o no algo de redención. Lo que sabemos de él no pinta mal, y aunque personalmente no guardo demasiadas esperanzas en que las aspiraciones sociales del mismo vayan tan lejos como me gustaría, no me cabe duda de que Apple sí que tiene ya dispuestos sobre la mesa todos los ingredientes que necesita.

Desde iTunes Match a iTunes Radio pasando por Beats Music para dar volumen y sentido al invento. Facebook y Twitter como socios desde hace buen tiempo atrás para no nada contracorriente. La nueva app Música de iOS 8.4 como caramelo, y el esqueleto de Ping como el mejor de los recordatorios de todo lo que no hay que hacer.

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