Hace unos meses cuando anunciamos con interés las tarifas oficiales de Vodafone, una de las tres compañías que iban a comercializar el iPhone 4 en España, resaltamos un elemento diferenciador que podía atraer a determinados usuarios entre los que me incluyo: los 50 MB gratuitos en Roaming para seguir navegando cuando estamos de viaje.
Este pequeño extra, presente en la tarifa más económica (15 euros) y que se amplia a 150 y 250MB en las siguientes, fue decisivo a la hora de que me lanzase a firmar un contrato con ellos de modo que imaginad mi sorpresa cuando, tras pasar unos días de vacaciones en Portugal descubrí que el asunto me iba a costar un buen dolor de cabeza y una asombrosa cantidad de tiempo perdido peleándome con el servicio de atención al cliente de Vodafone.
Los problemas comenzaron cuando, nada más cruzar la frontera, mi iPhone se negó en rotundo a conectarse a ninguna red, ni tan siquiera a la de la propia Vodafone Portugal. Para solucionarlo tuve que llamar desde otro teléfono a Vodafone España para que, no sin antes soportar una espera interminable, me activasen el “Vodafone Passport”, imprescindible al parecer pero incomprensiblemente desactivado por defecto.
Como no me fiaba un pelo y ya que había hecho el gasto, aproveché la llamada para que el operador me confirmase que mi contrato incluía los mencionados 50 MB gratuitos en Roaming. “Claro señor, por supuesto” fue la respuesta. Aclarado el primer tropezón, utilicé tranquilamente el iPhone durante mi estancia para averiguar la localización de algunas playas escondidas mediante Google Maps, mirar el correo, y buscar algunas direcciones.
Como uno es mínimamente listo, restablecí las estadísticas de uso del teléfono para saber en todo momento la cantidad de datos enviados y recibidos. En total consumí 44 MB dejando una franja de seguridad razonable, nuevamente, para evitar problemas.
Y entonces llegó la factura
Semanas después, puede que algo más de un mes, recibo en mi casa mi primera factura con Vodafone; una factura particularmente extensa con un buen número de conceptos que se descuentan páginas más adelante sin motivo aparente (ni de su cobro, ni de su compensación). El saldo de estas operaciones era cero pero entre tanto número me fijé en que el apartado de consumo de datos en movilidad no se restaba por ninguna parte. No era una cifra aterradora, tan solo 21,84 euros, pero demonios, era mi dinero.
Llamo como todo hijo de vecino al servicio de atención al cliente de Vodafone donde una señorita me da la primera en la frente. “Claro, usted tiene que pagar eso por conectarse en el extranjero”. Le explico lo de los 50MB y ella me dice que es la primera vez que ha oído hablar de ello. Me pide que espere. Espero, sigo esperando, y luego, un poco más. Juro y perjuro que como escuche una vez más el bucle de esa odiosa melodía de “Como el aire”, desentierro a Camarón para volverlo a matar.
“¿Señor? Mire, lo he consultado y al parecer son 50MB, pero no son gratis, hay que pagarlos” – “¡¿Cómo?! A ver señorita. Primero, tengo delante su página web y pone claramente ’50 MB gratuitos’. Segundo, ¿qué me está diciendo? ¿que con mi contrato solo puedo conectarme en el extranjero hasta consumir 50 MB… ¿después no me dejáis PAGAR por más aunque quiera?”
“Emmm… espere un momento…... ¡Como el aireeeee! ¡Como el aireeeee…!” Cinco minutos después, la chica regresa. “¿Oiga? Mire, la verdad es que no se nos ha notificado nada acerca de esa promoción. Me comprometo a informarme y llamarle mañana a esta misma hora.” Bien, cualquier cosa menos seguir escuchando esa canción.
Al día siguiente, la chica cumplió... a medias. Me llamó, sí, pero solo para decirme que había estado mirando mi factura y que “era muy complicada”, que mejor llamase a Vodafone Empresa para que ellos me lo aclarasen. Eso hago, y nuevamente me encuentro con la misma respuesta inicial. En Vodafone nadie parece saber nada de los 50MB gratuitos pero al menos en esta ocasión, la nueva operadora parece ser más resuelta y, una vez la invito a que entre en la página web de su compañía y siga los pasos hasta llegar al apartado donde se especifican las condiciones de mi contrato, acepta que tengo razón aunque no sin antes asegurarse de que Portugal está dentro de la Zona 1 de Europa (UE, Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein).
Me pide que espere, que tiene que confirmarlo con un superior. Regresa y tras pedirme nuevamente disculpas, me asegura que me abonarán el dinero inmediatamente. Le pregunto sobre si volveré a tener el mismo problema cuando viaje de nuevo al extranjero, y me dice que no, que habrá sido un fallo aislado del sistema de facturación. Por algún motivo me cuesta creerlo. Días después recibo por carta la confirmación del abono. Parece que todo a llegado a su fin, de momento.
No es un caso aislado
Y justo entonces, cuando estoy a punto de publicar esta historia con la esperanza de que miréis con lupa vuestra factura para aseguraros de que no os la han dado con queso, va uno de vosotros (jesunet) y confirma lo que ya sospechaba. Que no se trata de un fallo aislado del sistema, que no soy el único.
Su caso es incluso peor que el mío. Su factura asciende a 850 euros tras pasar 4 días en el extranjero y según comenta, al parecer Vodafone tiene un sistema por el cual, una vez superas ciertos límites, recibes un SMS informándote de que si quieres continuar haciendo roaming tienes que enviar tu otro SMS. Lástima que el sistema no funcione muy bien con el iPhone y siga engordando más y más la factura de roaming sin enterarte de nada.
¿Mi consejo? Revisad la factura después de cada viaje. Llamad a Vodafone si notáis algo raro. Y no dejéis que os tomen por imbéciles. Los contratos que firmamos no solo nos vinculan a nosotros, sino también a ellos.
En Applesfera | Tarifas oficiales de Vodafone
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